Hace un par de semanas
se cumplieron veinte años de la muerte de uno de los últimos
escritores “malditos” del Siglo XX, el norteamericano Charles
Bukowski, escritor y poeta en la línea del anticonformismo de la generación beat, que
utilizando un lenguaje agresivo y una temática marginal, a
menudo obscena o violenta, elaboró una obra singular, plagada de
personajes estrafalarios y marginales: prostitutas, alcohólicos,
vagos, buscavidas, jugadores arruinados y bravucones que circulan
como sonámbulos o pícaros por una ciudad, Los Angeles, que los
rechaza y discrimina.
Esta es también la
temática predominante en su poesía, escrita en un verso rudo,
escasamente lírico, de mensaje claro y áspero, pese a que en
ocasiones afloran en sus poemas los sentimientos y hasta un estado de
felicidad. Sus relatos breves, como sus poemas, están escritos en un
lenguaje directo, funcional, que cuenta ágilmente una historia con
una atmósfera unas veces sórdida y otras atravesada por la comicidad
y el habla coloquial más descarnada.
El
elemento autobiográfico es en el fondo el aglutinante del conjunto
de la obra de Bukowski, quien se empeña en magnificar, incluso con
recursos cómicos, su condición de bebedor y mujeriego empedernido,
de habitante de submundos relacionados con sus numerosos empleos y
ambientes deportivos como el de las carreras de caballos, el boxeo o
el béisbol. Sus relatos describen siempre realidades degradadas,
reflejo de la monstruosidad de ciertos ámbitos de las ciudades
norteamericanas, especialmente Los Ángeles. Sus continuas
variaciones sobre pocos temas predilectos lo relacionan, más que con
los escritores de su generación (aunque su prosa pueda recordar a la
de Henry Miller o John Fante), con los pintores del hiperrealismo.
La obra de Charles
Bukowski recibió tantas críticas negativas como positivas. Se le
acusó de practicar un estilo soez como mero exhibicionismo literario
y de reiterar sus obsesiones de modo efectista. Otros críticos, en
cambio, realzaron su autenticidad y su condición de escritor
realista.
La mejor forma de
formarse una opinión al respecto es leyendo cualquiera de sus
novelas o recopilaciones de relatos y disfrutar sumergiéndonos en su
particular cosmogonía sórdida. Hoy os queremos traer cinco poemas
pertenecientes a diversas etapas creativas para rendir desde aquí
nuestro pequeño homenaje a uno de los autores que afortunadamente
cambiaron nuestra concepción de la literatura....
Un poema es una ciudad
Suerte
II
Hubo
una vez
en que fuimos jóvenes
dentro de esta máquina...
bebíamos
fumábamos
tecleábamos.
Fue un tiempo de
esplendor
un milagro
aún
lo es.
Sólo que ahora
en vez de
ir hacia
el tiempo
es el tiempo
el que viene hacia
nosotros
y hace que cada palabra
taladre el papel
clara
rápida
contundente
alimentando
un espacio
que se cierra
en que fuimos jóvenes
dentro de esta máquina...
bebíamos
fumábamos
tecleábamos.
Fue un tiempo de
esplendor
un milagro
aún
lo es.
Sólo que ahora
en vez de
ir hacia
el tiempo
es el tiempo
el que viene hacia
nosotros
y hace que cada palabra
taladre el papel
clara
rápida
contundente
alimentando
un espacio
que se cierra
Ni
lo pienses
cuando muera no quiero
ningún llanto, sólo hacedme un entierro decente.
He tenido una vida plena, y
si alguien vivió en el filo, fui yo.
Viví 7 ú 8 vidas en
una, suficiente
para
cualquiera.
Todos somos, finalmente lo mismo, así que sin
discursos, por favor,
a menos que quieras decir - jugaba a los caballos
y era muy bueno en eso.
Tu eres el próximo y quizás yo ya sepa algo
que tú todavía no sabes.
NOTA SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE LAS MASAS
Alguna gente es joven y nada más.
Alguna gente es vieja y nada más.
Y alguna gente está en el medio
sólo en el medio.
Y si las moscas usaran ropa
y todos los edificios ardieran en
fuego dorado,
si el cielo se sacudiera como
en la danza del vientre
y todas las bombas atómicas empezaran a
gritar,
alguna gente sería joven y nada más
y alguna gente sería vieja y nada más
y el resto sería lo mismo,
el resto sería lo mismo.
Los pocos diferentes
son eliminados bastante rápido
por la policía, por sus madres, sus
hermanos,
y otros por sí mismos.
Lo que queda es lo que ves.
Es duro.-
Para Jane
225 días bajo la hierba
y sabes más que yo.
Hace mucho que te has quedado sin sangre,
eres leña seca en una cesta.
¿Es así como son las cosas?
En esta habitación
las horas del amor
aún hacen sombras.
Cuando te fuiste te
llevaste casi
todo.
Me arrodillo por las noches
ante tigres
que no me dejan tranquilo.
Lo que fuiste
no se repetirá.
Los tigres me han encontrado
y no me importa.
y sabes más que yo.
Hace mucho que te has quedado sin sangre,
eres leña seca en una cesta.
¿Es así como son las cosas?
En esta habitación
las horas del amor
aún hacen sombras.
Cuando te fuiste te
llevaste casi
todo.
Me arrodillo por las noches
ante tigres
que no me dejan tranquilo.
Lo que fuiste
no se repetirá.
Los tigres me han encontrado
y no me importa.